Los "campos del colegio", según una leyenda urbana que oí y no he podido contrastar nunca, se compraron con una derrama pasada a los padres de los alumnos de 5000 pesetas cada uno allá por los 70's.
Según las malas lenguas, se vendieron por 1000 millones de pesetas en los 90's. Siempre se dijo que pondrían el colegio allí para equipararnos con los mas pijos pero al final fue un "instrumento" de recreo envidiado por muchos equipos de fútbol de Zaragoza y prácticamente infravalorado por muchos alumnos y profesores. Allí vivía Nicasio, santo y seña para muchos jugadores de fútbol del colegio; sus fráses célebres y su carácter ermitaño avinagrado serán recordados por muchos ex-alumnos; era buena gente y sería genial que hubiera seguido allí cuidando los campos hoy mismo. En el bar que había en los campos, ponía el nombre de "CANTINA" en un letrero y los de mi generación lo recordarán como la última vez que vieron llamar así a un bar. Disponíamos de unos excelentes campos de fútbol de hierba (uno grande y otro mas pequeño), uno de tierra para fútbol 11 o rugby con 2 de fútbol siete dentro de el, una pista para fútbol sala o balonmano y otra de baloncesto, muchos vestuarios e incluso un despacho usado en tiempos por el Padre Dimas creo recordar, además de la casa de Nicasio. Las fiestas del colegio se hacían allí el fin de semana y muchos ex-alumnos sólo los recordarán por ello pero los que jugamos a fútbol allí, los recordamos con algo mas de cariño. Hace unos 10-12 años fui una tarde con Juan Carlos Gordo a ver lo que quedaba; el edificio de los vestuarios estaba derribado y los campos estaban con matojos de 1 metro pero aún quedaban los focos y todo; en la última etapa de estos maravillosos "campos", imagino que por los costos de mantenimiento, el campo grande de hierba se convirtió en tierra perdiendo parte del glamour reinante en el cole.
La semana pasada estuve allí y quedan las 2 porterías del campo grande de tierra que había abajo (subiré las fotos en la parte derecha del blog) y no queda nada mas, el resto, se ha convertido en la carretera que une la prolongación de Gómez Laguna con Montecanal.
Cada uno tendremos nuestras anécdotas referentes a esos campos pero las mías se mezclan con muy buenos recuerdos sobre partidos de fútbol en su mayoría; de ahí han salido muy buenos jugadores de fútbol, magníficos entrenadores, pero en definitiva, mejores personas
